28 de Febrero de 2007
"Hay un espejo de agua en cada palabra;
un discurrir serpenteante en cada frase.
Te admiro, poeta, cuando burlas el pálido destino de las letras
e imaginas un mundo colorido,
y resuelves el mármol en esencias y ornamentos"
Gmunden, 1825
Y cuando la voz del piano y el alma del cantante
profundizan la mirada del poeta,
veo tu mano, maestro, detrás de tu increible humanidad
Buenos Aires, 1999
un discurrir serpenteante en cada frase.
Te admiro, poeta, cuando burlas el pálido destino de las letras
e imaginas un mundo colorido,
y resuelves el mármol en esencias y ornamentos"
Gmunden, 1825
Y cuando la voz del piano y el alma del cantante
profundizan la mirada del poeta,
veo tu mano, maestro, detrás de tu increible humanidad
Buenos Aires, 1999
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