15.7.07

14 de Julio de 2007

Amigo Spaum:
Definitivamente nuestros encuentros musicales ya no son lo que solían ser. La salida de los viejos amigos ha generado la entrada de otros bastante menos refinados, que sólo se dedican a fumar cigarros y a hablar de política.
La última Schubertiade, en casa de Schober, no fue la excepción. Casi no me senté al piano. Anselm y Fritz Hartmann tomaron el relevo e hicieron lo que pudieron.
La única nota simpática la brindo la delicadísima G. Von Minz, que ajena a cualquier protocolo devoró con sincera naturalidad cada uno de los platos que tuvo a su alcance.
Entre todas las miradas azoradas, la mía era de ternura.
Viena, 1827